Anunțuri hazlii pentru adulți și copii
Nunca dejan de sorprenderme las muestras de afecto que me llegan solo por soltar estos manojos de palabras al viento. Hace un par de ediciones conté que tomé un café con una lectora de Parsi y tengo que reconocer que no es el primero. Recibí postales, cartas llenas de palabras preciosas, estoy haciendo un proyecto con una lectora que se convirtió poco a poco en amiga. También me regalaron el libro del que te quiero hablar hoy y aunque sigo sin entender qué de todo lo que desparramo aca merece semejante gesto, a toda generosidad yo la acepto con alegría.
Recuerdo que fue una de las primeras veces que salí sola de casa e hice las dos cuadras que me separaban de mi café preferido del barrio. Con Lean nos conocimos en Mercado Libre, el se mudó al viejo mundo y no hay nada mejor que charlar sobre las aventuras de UX en otros continentes. Mientras nos poníamos al tanto de nuestras vidas vi pasar a Joaquín, uno de los neurocirujanos que me operó, y me pareció una coincidencia hermosa.
Lean, que cultiva su propio pedacito de internet, me había traído de regalo un libro que había encontrado en un viaje a Bucarest. Está escrito en rumano. Las primeras veces que lo quise traducir no entendía absolutamente nada. “Tanta IA al pedo” pensaba. Entonces me puse a hacer lo que mejor me sale: investigarlo. Ahí me enteré que ganó el primer premio en un concurso dedicado exclusivamente a la literatura infantil en Rumania, pero lo más importante es que eran poesías en gran parte irónicas. Por eso no entendía nada. Me faltaba contexto, de la misma manera en que imagino el laburo que tuvieron los traductores de la serie El Eternauta en los últimos meses.
Entonces me abandoné a disfrutarlo sin entenderlo, o habiendo entendido solo la sinopsis:
Un día, paseando por el parque, vi una nota. La recogí y me di cuenta de que era un ANUNCIO. Pero era completamente inusual, escrita con letras torcidas, como si perteneciera a un niño que apenas estaba aprendiendo a escribir. Desde entonces, empecé a prestar atención a cada detalle que me rodeaba. Y... ¡milagro! Empecé a encontrar estos anuncios por todas partes: algunos pegados en las ramas de los árboles, otros en postes, otros olvidados en los bancos, y a veces, cuando dejo la ventana abierta, ¡alguien los tira directamente a mi casa! Supongo que es el cuervo observándome, curioso, desde el tejado de enfrente. Cuando reuní más, decidí descifrarlos y publicarlos. Al leerlos, ¡quizás también presten más atención a los errores, los colores y los caracoles!
Ahora, un par de meses después, me ayuda a poner en palabras el final de un proceso que vengo atravesando. A veces las cosas no están hechas para entenderse, no hay porqués que nos ayuden. La racionalidad no nos sirve. Lo único que nos sostiene es saber que el amor nos salva de todas las muertes posibles, como dice mi terapeuta.
Entonces sí. Entendí este libro por completo con solo dejar que estas imágenes de Irina Dobrescu me atraviesen y se me revelen como anuncios, designios, señales. Las comprendí con el cuerpo y no con la mente.
El día del amigo
Estos días salió un disco de Natalia Lafourcade y pensé en hablar de eso acá, pero para ser completamente sincera desde hace unos días tengo en un repeat eterno este tema de Ca7riel y Paquito. Al buscarlo en YouTube me dí cuenta que recrearon el Tiny Desk que nos robó el corazón a todos en clave argenta, además de Papota, el corto en el que están todos los temas juntos.
No podría hacerlo sin ustedes, dicen en la canción Cato y Paco a sus amigos. También es lo que digo yo. Gracias. Inmensas, infinitas. Gracias.
Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo…
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
—Oliverio Girondo
Este poema me lo compartió una lectora en la edición anterior y se sintió como una extensión del mensaje de mi hermana, un permiso súper necesario para poder llorar lo que necesito antes de seguir.
La ilus clorotipia de esta edición
Esta hoja la “imprimí” con su propia clorofila. Seguramente te cuento sobre esta aventura más adelante.
En qué ando
Leyendo. La verdad es que tengo muchas cosas a medio camino pero nada logra engancharme del todo. Es un momento de recargar baterías.
Escuchando. Latinaje es el nuevo disco de Cazzu. Una amiga que me conoce mucho me lo recomendó y estoy sorprendida a otro nivel. Lo estoy amando.
Viendo. Etoile es la nueva serie de los creadores de Gilmore Girls. Ballet, París y Nueva York. Todo lo que necesitaban las chicas.
Hasta la próxima
Buenas buenas, ¿cómo estás?
Yo terminando este fin de semana en que tuve la oportunidad de abrazar fuerte a amigas y amigos que valen oro. Male estuvo de visita por Buenos Aires. Nuestra primer foto juntas se remonta a los 4 y 5 años, respectivamente. No se puede pedir mucho más, la verdad, así que estoy agradecida.
También te agradezco a vos por tomarte un ratito de tu día para leerme. Es el regalo más inmenso de todos, tu tiempo. No lo doy por sentado.
Te mando un abrazo inmenso,
Maca
Que lindo Maca! Me alegro mucho de que te haya gustado el regalito! Es genial como le encontrás una vueltita a todo, sos la número uno. Gracias otra vez por Parsimonia, es una inspiración gigante para mi y una felicidad tremenda cada vez que una nueva edición llega a mi casilla. No sé si seré tu fan número uno pero seguro estoy entre los primeros :) Beso grande!!